martes, 5 de abril de 2011

Pensamientos usurpados 20: Qué es la democracia en realidad

Para mí, la democracia es un sistema que constituye un terreno de conflictos, que se pueden resolver de manera pacífica y con libertad. Eso es la democracia. No es algo que, en sí mismo, genera igualdad. Es un campo de luchas organizadas, que crean incentivos a las fuerzas políticas para obedecer las reglas. Cuando la democracia funciona, procesa varios conflictos en paz y sin violar demasiado la libertad.
[Adam Przeworski, Página 12 (20-03-11)]

4 comentarios:

Some dijo...

Grande esta cita, muy grande. Muy precisa.

Simud dijo...

Fui a dar con esta cita a poco de escribir el post sobre igualdad. Creo que es desmitificador y bastante exacto. Sólo agregaría algunos limitadores, como el autor hace sobre el final: 'bastante pacífica', 'con bastante libertad', 'en relativa paz'. Lo que queda claro es que la democracia es sólo una herramienta, un escenario con ciertas reglas que (de cumplirse) podrían conllevar al cambio social; pero que por sí misma, no asegura nada. Después de todo, también existen las democracias formales que en la concreción están más cerca de las tiranías que de otra cosa.

Some dijo...

Más un escenario que una herramienta, quizá. Y está claro que es un escenario preferible a muchos otros que hemos conocido precisamente a raiz de esos "bastante...", pero este argumento no tiene valor como un absoluto, que es como se presenta habitualmente con intención de mantener el (profundamente imperfecto) estado de las cosas.

Todo esto me hace pensar en el mito del progreso.

Simud dijo...

Escenario, para todos. Herramienta, para quienes la saben (o pueden) utilizar en su favor. Es interesante que aunque la democracia surgió de las élites en la antigüedad y fue reinstalada por nuevas élites en la mordernidad, sería difícil concebir un sistema plausible donde las clases tradicionalmente sometidas puedan acumular un potencial de lucha semejante al que es posible acumular en una democracia. Es más, me animaría a decir que el potencial de lucha de la clase obrera, por ejemplo, es (en tanto potencialidad) tremendamente mayor al que poseen las clases hegemónicas. Si esta potencialidad demora en concretarse, es sin duda porque la clase obrera continúa siendo dominada culturalmente, y sometida percepciones y valores que le son ajenos. Me pregunto cuánta reponsabilidad tendrá la escuela de que esta reproducción del statu quo continúe tan arraigada en nuestras sociedades.